Los productos complejos son instrumentos financieros diseñados para brindar a los inversores exposición a un activo o mercado específico. Estos productos suelen tener estructuras y estrategias complejas, lo que los hace más difíciles de entender en comparación con las inversiones tradicionales.
Los vehículos de inversión que a menudo se consideran productos complejos son los CFD, los certificados de factor/certificados de apalancamiento diario (DLC), los fondos de intervalo, las opciones y algunos ETP.
Beneficios de los productos complejos
Una de las principales razones por las que los inversores se sienten atraídos por productos complejos es su potencial de obtener altos rendimientos. Estos productos suelen ofrecer rendimientos más altos en comparación con las inversiones tradicionales, lo que los convierte en una opción atractiva para quienes buscan potencialmente aumentar sus ganancias al enfrentar riesgos un poco más altos.
Además, invertir en productos complejos puede proporcionar diversificación al distribuir las inversiones entre diferentes activos y sectores. Esto puede ayudar a mitigar el riesgo y proteger contra la volatilidad del mercado.
Riesgos asociados con los productos complejos
Si bien los productos complejos pueden ofrecer mayores retornos potenciales, también conllevan mayores riesgos. Es esencial evaluar cuidadosamente estos riesgos antes de tomar cualquier decisión de inversión.
Como ocurre con cualquier instrumento de inversión, siempre se recomienda consultar con un asesor financiero para determinar si un producto complejo es adecuado para tus objetivos de inversión y tolerancia al riesgo.
Invertir en valores u otros productos financieros siempre conlleva el potencial de perder tu dinero. FlexInvest recomienda considerar tus objetivos de inversión y riesgos antes de invertir. Para más información, por favor lee nuestra Declaración de Divulgación de Riesgos y Términos & Condiciones.